Las tapicerías de piel y cuero, sobre todo las más claras, se ensucian con mucha facilidad. Para evitar su deterioro, sigue nuestros consejos para proteger, limpiar y renovar tus sofás y sillones de cuero.
Mantener su buen aspecto de origen
Cada 15 días, limpia tus sillones y sofás de cuero pasando (sin frotar) un paño húmedo con agua no calcárea. Esta operación permite eliminar el polvo. Ya sea en sillones, sofás, sillas u otros muebles de asiento, las superficies de cuero pueden ser todo un desafío en cuanto a su limpieza y mantenimiento.
A menudo el uso diario y los accidentes dejan manchas y marcas que logran afear toda una pieza de mobiliario, pero por suerte hay soluciones y aquí te contamos algunos trucos caseros para dejarlos impecables, sin importar lo que haya sucedido.
La primera técnica para limpiar sillones de cuero consiste en desempolvar la superficie. Si la superficie no está sucia, pero ha perdido su brillo natural, simplemente podemos tomar un trapo suave humedecido en leche descremada. Humedecemos toda la superficie y dejamos actuar. Luego, frotamos con un paño de lana y lograremos levantar un brillo especial, como si el cuero estuviese nuevo. También podemos hacerlo reemplazando la leche descremada por esencia de trementina.
Cada 6 meses, lleva a cabo una limpieza profunda del cuero.
Para ello utiliza un champú para el cuero, seguido de una crema especial que permita hidratarlo y protegerlo. También se puede hacer con una clara de huevo batida a punto nieve, para luego usarla frotando bien toda la superficie del sillón. Para sacarle excelente brillo, sólo bastará frotarlo con un paño suave, preferentemente de lana.
Otra solución para limpiar sillones de cuero consiste en desempolvar y luego frotar la superficie con vaselina, con jalea de petróleo caliente o con aceite de ricino, para recuperar el brillo único de los sofás de cuero nuevos. Otros preparados caseros para cuidar las superficies de cuero incluyen uno muy popular, que se prepara mezclando una parte de esencia de trementina con media parte de cera de abejas, utilizándola para repasar toda la superficie.
Limpiar las manchas
En el caso que se produzca una mancha, cúbrela inmediatamente con un papel absorbente, sin frotar, procediendo siempre desde el exterior hacia el centro para evitar que la mancha se extienda.
Existen buenos métodos tradicionales:
– Limpiar con un algodón embebido en alcohol de quemar.
– Frotar con un paño humedecido en cerveza.
– Frotar con una cáscara de naranja.
– Frotar con un paño humedecido en clara de huevo batida en punto de nieve (para los cueros claros)
Renovar
Existen productos especiales de renovación de cuero que dan buenos resultados. Extender el producto con un paño no absorbente. Hacer que penetre frotando con un movimiento circular. Dejar secar y sacar brillo con un paño suave.
El cuero puede oscurecer, pero recuperara su color de origen en algunos días.
Otros métodos de renovación del cuero.
– Espolvorear talco sobre un paño de franela y limpiar el cuero. Mezclar esencia de trementina y cera de abeja (en las proporciones dos tercios/un tercio) y aplicar esta mezcla con un paño no absorbente dejando que penetre en el cuero. Dejar secar y sacar brillo con un paño.
– Frotar el cuero suavemente con un paño húmedo embebido en agua mezclada con vinagre blanco. Una vez seco, impregnar el cuero con aceite de lanolina con ayuda de un algodón. Esperar 24 horas. Sacar brillo con un paño.
Importante
– No exponer los sillones a la luz directa del sol para evitar que se decoloren
– El calor puede hacer que se quiebre la superficie del cuero, por lo que es aconsejable mantener los muebles con tapicerías de cuero alejadas de las fuentes directas de calor como los radiadores, las chimeneas y las estufas.
– No utilizar nunca un producto sin haberlo probado antes en una parte no visible del sillón.